El presidente de Venezuela rechazó la posibilidad de beneficiar con una amnistía a un grupo de presos por causas vinculadas con hechos políticos, demanda que la oposición llevó a la primera reunión -que comenzó anoche y terminó esta madrugada- con el gobierno en busca de establecer una mesa de diálogo entre ambos sectores.
El encuentro, que fue abierto y cerrado por Maduro, terminó con la convocatoria del mandatario para realizar otro similar el martes próximo, tal como lo había propuesto en su intervención el secretario ejecutivo de la Mesa de Unidad Democrática (MUD, que reúne a 29 partidos opositores), Ramón Aveledo.
“Hay tiempo para la justicia y hay tiempo para el perdón, y éste es tiempo para la justicia, la justa justicia que necesita el país para recuperar la paz”, señaló Maduro durante la intervención de 40 minutos con que cerró, a la 1.55 (las 3.25 en la Argentina), el encuentro que había comenzado seis horas antes.
La amnistía era uno de los cuatro temas que la oposición había impuesto como condición para asistir el martes pasado a una primera “reunión preparatoria”.
El diputado Andrés Velásquez presentó durante su intervención un proyecto de ley y luego su colega Julio Borges afirmó que Maduro podía sancionarlo en virtud de la "ley habilitante" que lo faculta a legislar por decreto.
La sesión, transmitida en directo por la cadena nacional de radio y televisión y por el canal Telesur, no estuvo exenta de cierta tensión, pues la mayoría de los discursos estuvo cargada de críticas y acusaciones, pero ningún orador perdió la línea y todos reivindicaron la necesidad de mantener el diálogo.
De este modo, el gobierno y la oposición buscan superar la crisis generada por las protestas cotidianas iniciadas el 6 de febrero en los estados Mérida y Táchira, y extendidas al resto del país seis días después, que dejaron 41 muertos, 579 heridos, 2.278 detenidos -de los que 190 permanecen privados de libertad- y 102 denuncias de violación de derechos humanos, según actualizó ayer el Ministerio Público.
La reunión fue presenciada por el nuncio apostólico en Caracas, monseñor Aldo Giordano, y los cancilleres de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo; Colombia, María Angela Holguín, y Ecuador, Ricardo Patiño, en carácter de “testigos de buena fe”.
Antes de que se abriera la lista de oradores (11 dirigentes opositores y 11 oficialistas, aunque tres de éstos desistieron finalmente de hacer uso de la palabra), Giordano leyó una carta en la que el papa Francisco pidió a las partes que “no se detengan en la coyuntura de lo conflictivo sino que se abran unos a otros para ser constructores de paz”.
El Pontífice advirtió que “se trata de un camino largo y difícil que requiere paciencia y valentía, pero es el único que puede conducir a la paz y a la justicia”, y remató: “Les pido que tengan este coraje”.
Luego, Aveledo sostuvo que “este encuentro debería ser un hecho perfectamente normal y no una noticia extraordinaria” porque “en una democracia el diálogo debe ser la regla y no la excepción”, y explicó que se pidió que la reunión fuera televisada “para vencer la desconfianza” de la ciudadanía.
El secretario general del partido oficialista Tupamaros, José Pinto, reveló que esa agrupación presentó un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) pidiéndole que ordene “la disolución de Voluntad Popular (VP, partido opositor) porque todos sus integrantes son terroristas”.
VP es el partido que dirige Leopoldo López, preso desde el 18 de febrero, acusado de promover los disturbios que seis días antes habían causado los tres primeros muertos, y uno de los eventuales beneficiarios de la amnistía pedida por la MUD, junto a los alcaldes Daniel Ceballos y Enzo Scarano, encarcelados y destituidos a mediados de marzo.
Uno de los contrapuntos más resonantes tuvo lugar hacia el final, cuando el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, reiteró sus sospechas de fraude en las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013, que perdió ante Maduro por 1,49 punto porcentual, y sostuvo que “desde ese día hay una crisis política”.
“A este país se lo está tragando la violencia, la inseguridad, la criminalidad; a los 41 muertos que nos duelen en el corazón debemos sumarles los 25.000 que murieron por la violencia el año pasado; pregúntenles a los camarógrafos si están satisfechos con sus salarios, no se atreverían a decirlo porque perderían su trabajo, y ése es el país que debemos dejar atrás; tenemos que buscar la forma”, agregó Capriles.
El alcalde del municipio caraqueño Libertador y exvicepresidente, Jorge Rodríguez, replicó que saludaba la presencia de la oposición en Miraflores con “alegría”, pensando “cuánto dolor” se ahorrará si se mantiene el diálogo, y “con tristeza porque llegaron 40 muertos tarde”.
“No nos van a sacar de este modelo pero podemos discutir ideas y llegar a acuerdos”, advirtió Rodríguez.
FUENTE: Telam - 11/04/2014