El río inició ayer un lento descenso, tras una madrugada de preocupación en el barrio del oeste - Una noche de temor en el Vista Verde

La no­che del mar­tes y ma­dru­ga­da de ayer fue de aler­ta pa­ra los ve­ci­nos de ba­rrio Vis­ta Ver­de. El río Cta­la­mo­chi­ta y su cre­ci­da pa­re­cía no te­ner te­cho, pe­se a que ofi­cial­men­te se in­for­mó an­tea­no­che que co­men­za­ría el des­cen­so del ni­vel de agua des­de la ma­dru­ga­da, en unos 50 a 60 cen­tí­me­tros.
En los lí­mi­tes del ba­rrio, el agua in­gre­sa­ba por el cam­po con­ti­guo a la Ca­sa de la Fa­mi­lia, que per­te­ne­ce a la Dió­ce­sis de Vi­lla Ma­ría.
"Dor­mi­mos a me­dias, sa­bien­do que te­nía­mos el agua en la puer­ta. Era ese mie­do de sa­ber que po­día en­trar", con­fe­só Ju­lie­ta Gat­ti­no, una jo­ven que ha­bi­ta ha­ce 13 años so­bre ca­lle Río Uru­guay. Des­de en­ton­ces, nun­ca vio una inun­da­ción se­me­jan­te, "aun­que una vez, cuan­do era chi­ca, al­can­zó a acer­ca­se a la ca­sa por la ca­lle".
"Es­tu­vi­mos mu­cho tiem­po con ve­ci­nos pa­ra­dos en las es­qui­nas, preo­cu­pa­dos", con­tó so­bre la ma­dru­ga­da de la vís­pe­ra y sos­tu­vo que el agua "in­gre­só a es­tas ca­lles por des­cui­do, por­que de­be­ría es­tar ce­rra­do el de­sa­go­te, que que­dó abier­to des­de la úl­ti­ma vez que se inun­dó por las llu­vias".
Con­sul­ta­da por es­te cro­nis­ta, in­di­có que des­de el mar­tes sin­tie­ron la pre­sen­cia del Es­ta­do, pe­ro an­tes, en la no­che del lu­nes, hu­bo sen­sa­ción de so­le­dad: "Mi ma­má fue a pe­dir ayu­da a un gru­po de per­so­nas del mu­ni­ci­pio, que es­ta­ba en la zo­na, y el tra­to no fue bue­no. No sé in­di­car quién es, pe­ro no le pres­ta­ron aten­ción a lo que les de­cía. Mi ma­má les con­ta­ba que el agua es­ta­ba lle­gan­do a la ca­lle".
Efec­ti­va­men­te, des­de esa no­che la ca­lle en la que vi­ven es un río. Na­die pue­de pa­sar en au­to ni en mo­to, "por lo que to­dos han ido pi­dien­do a ve­ci­nos -que vi­ven en sec­to­res don­de el agua no lle­gó- es­pa­cio en la ve­re­da pa­ra de­jar­los".
Con ella es­ta­ba ayer Eduar­do Go­doy, quien de­ta­lló que an­tea­no­che "sen­ti­mos te­mor por­que lle­ga­ba agua del cam­po (ubi­ca­do al fren­te de la ca­sa) y de otras cua­dras", lo que los lle­vó a co­lo­car bol­sas de are­na en el por­tón de la re­si­den­cia. Y api­la­ron to­dos los mue­bles.
A cien me­tros es­tá Syn­na­ra Mü­ller, quien vi­ve en ca­lle Río Sa­la­do. Usó co­mo pa­rá­me­tro al mis­mo cam­po al que se re­fi­rió Eduar­do en el pá­rra­fo an­te­rior. Es­pe­ci­fi­có que el mar­tes al me­dio­día el agua cu­bría la mi­tad del mis­mo "y nos de­cían que el ni­vel del río iba a co­men­zar a ba­jar, pe­ro a las 16 em­pe­zó a cre­cer y a inun­dar las ca­lles, cu­brien­do to­do el cam­po". A ella se le inun­dó el pa­tio y la co­che­ra. "Tu­ve que le­van­tar las ca­si­tas de los pe­rros", di­jo.
"Hoy (por la vís­pe­ra) vol­vió a su­bir un po­co a las 9 de la ma­ña­na, pe­ro creo que ha si­do por el mo­vi­mien­to de tie­rras que han he­cho, por lo cual el agua va bus­can­do es­cu­rrir", con­si­de­ró. "Sien­to que nos min­tie­ron cuan­do nos de­cían que ba­ja­ría, por­que su­bió más, aun­que aho­ra ya ha em­pe­za­do a des­cen­der", aña­dió. "Pe­di­mos la ver­dad, pa­ra aco­mo­dar­nos. Ten­go un al­ma­cén y si pa­sa­ra al­go, ten­dría que aco­mo­dar la he­la­de­ra y la mer­ca­de­ría", abun­dó.
Pa­ra ella, "la no­che fue te­rri­ble", con ve­ci­nos preo­cu­pa­dos por el cua­dro. Sí afir­mó que es­tu­vo pre­sen­te Bom­be­ros, la Po­li­cía, De­fen­sa Ci­vil y mó­vi­les de Se­gu­ri­dad Ciu­da­da­na, y que "a las 2 de la ma­ña­na ha­bía má­qui­nas tra­ba­jan­do en el sec­tor de la Ca­sa de la Fa­mi­lia".
No hu­bo cor­tes de luz ni fa­lló otro ser­vi­cio.
Por su la­do, en ba­rrio Ma­ria­no Mo­re­no ayer la si­tua­ción era tran­qui­la, aun­que con el pa­no­ra­ma de va­rias ca­lles cu­bier­tas por el agua. En el Mu­ni­Cer­ca, las em­plea­das re­ci­bie­ron a EL DIA­RIO y con­fir­ma­ron que no hu­bo eva­cua­dos y que el agua no in­gre­só a nin­gu­na vi­vien­da.
"Los ve­ci­nos so­li­ci­ta­ron la pre­sen­cia de la Po­li­cía pa­ra cui­dar sus au­tos, ya que mu­chos tu­vie­ron que de­jar­lo en la ve­re­da de otras ca­lles. Y se han ma­ne­ja­do pa­ra en­trar y sa­lir de sus ca­sas por las ve­re­das", in­di­ca­ron. "To­do es­tá tran­qui­lo y la gen­te se ha da­do cuen­ta de que es­to es a con­se­cuen­cia de la na­tu­ra­le­za, no hay mu­cho por ha­cer y se ha he­cho to­do lo que se ha po­di­do", aña­die­ron.
El ni­vel del agua se man­tu­vo por en­ci­ma de los tres me­tros sobre el cauce normal del Ctalamochita, pe­ro en le­ve des­cen­so. Se­gui­ría ca­yen­do, sal­vo que se re­gis­tren nue­vas llu­vias en las sie­rras cor­do­be­sas.

Imágenes:
F1: A Synnara el agua le ingresó al patio.
F2: Julieta dijo que en 13 años de vivir acá, nunca vio una crecida así. En su casa subieron los muebles.
F3: Vecinos colocaron bolsas de arena en puertas de sus viviendas por el temor a que el agua irrumpiera en los hogares.
F4: La calle Río Suquía, en la orilla de la ruta 158, cubierta de agua que ingresó por un campo. La arteria es la que más lejos está del río.
F5: Las mujeres del MuniCerca, en barrio Mariano Moreno, aseguraron que no hubo problemas en el interior de los hogares.

 

FUENTE: El Diario de Villa María - 20/02/2014

www.eldiariocba.com.ar/noticias/nota.asp?nid=77880