Villa Oeste sufrió en las últimas horas un duro revés de la naturaleza, al quedar viviendas, parques y calles cubiertas por el agua, ante la crecida del Ctalamochita.
El barrio de Villa Nueva quedó virtualmente aislado desde ayer a la madrugada: las autoridades cercaron el acceso, situado sobre ruta 2, y sólo podían ingresar sus habitantes, bomberos y miembros del Ejecutivo, porque el agua llegó a la primera curva del camino de ingreso al sector. Incluso se vedó el paso a la prensa y hubo que hacer llamadas telefónicas para poder entrar y registrar el fenómeno.
EL DIARIO recorrió la zona junto al presidente del centro vecinal, Roberto Jaume, quien expresó su tristeza por lo ocurrido. “Estuve hasta la 1 de la mañana y no se veía tanta agua, pero ya a las 2 era un caos. Encima, el río va comiendo la costa”, sintetizó.
El incremento del caudal del curso de agua que divide a Villa María y Villa Nueva comenzó a hacer sentir su fuerza a los pobladores de este barrio residencial durante la madrugada. Y con el correr de las horas fue ganando sus arterias, piletas de natación y parques. La gente había apilado ayer los muebles a cierta altura, pero en varios hogares el paso del torrente ya había generado daños.
Este matutino constató la fuerza con la que ingresaba el río a los patios de algunas residencias.
Pobladores del lugar dieron gracias “infinitas” a los Bomberos de Villa Nueva, que trabajaron desde la tarde del lunes en la zona. También afirmaron que estuvo presente el Ejecutivo. Incluso, este medio observó el recorrido del intendente Guillermo Cavagnero al mando de una camioneta, junto al secretario de Gobierno Natalio Graglia. La Subsecretaría de Seguridad Ciudadana implementó un operativo especial a raíz del caso.
Distintas voces consultadas en el barrio precisaron que aquí hay 40 casas; en 25 la residencia es permanente, el resto suele estar ocupada sólo en verano, ya que los vecinos las utilizan como quinta de descanso, en un ámbito ideal para el relax y el contacto natural.
Al menos hasta el mediodía no se habían visto víboras.
Una mujer, que se transportaba en un vehículo Renault Kangoo de color rojo, se retiraba del barrio llorando. Estaba profundamente entristecida por lo que observaba. Otras personas dijeron que nunca padecieron esto. Una fuente apuntó que desde mediados de la década del 80 no se vive este fenómeno.
Jaume, el titular del centro vecinal, graficó a Villa Oeste como un sector “tranquilo, sin peligro, con los chicos caminando por las calles”, que desde anteayer perdió toda calma y se transformó en un lago. “Nosotros queremos muchísimo al barrio y esto nos da profunda tristeza”, añadió.
Un vecino, en tanto, remarcó: “Hemos hecho nuestro lugar con enorme sacrificio, para descansar, y hoy perdemos todo”.
En cuanto a los servicios, la energía eléctrica se vio interrumpida el lunes a la noche y EPEC la cortó en la mañana de ayer, para evitar accidentes.
Por las calles, se veía a la gente con sus camionetas ayudando a evacuar o a sacar objetos.
En una chata de Bomberos se pudo ver a la hija del fiscal Francisco Márquez, con su perro ovejero alemán, dejando su vivienda.
El Parque bajo el agua
La zona costera del Parque Hipólito Yrigoyen, con su playa nueva, bancos, alumbrado público y decenas de árboles quedó totalmente bajo el agua. También el predio del Sitramun y el Club de Teléfonos. La calle que pasa por detrás del Club Unión Eléctrica se convirtió en río. El club AOITA también vio avanzar al Ctalamochita varios metros en su predio. En la Floresta también subió, pero no hubo evacuados ni peligros en viviendas. Una fuente oficial precisó que hacía 11 años que la ciudad no veía una crecida similar.
La zona del Aguaclara, barrio residencial, se vio invadida en una calle, en la cancha de tenis y en toda su costa, pero no llegó a ninguna casa.
El Estado no tuvo que designar un lugar de evacuados de Villa Oeste, ya que los que se fueron se ubicaron en viviendas de conocidos.
FUENTE: El Diario de Villa María - 20/02/2014